Bañar o no bañar a mi gato, esta es la cuestión…
Resulta que los gatos son animales extraordinariamente limpios y que pasan buena parte de la jornada acicalando con su áspera lengua su suave pelaje.
Por esta razón no es frecuente la necesidad de bañar a nuestro gato salvo en condiciones particulares, pero esto no significa que no tengamos que peinarlo, quitarle los nudos, cortarle las uñas y proporcionarle hierba gatera y/o malta para evitar los pelos en el estómago.
¿Cuándo deberíamos de bañar al gato?
- Ha estado enfermo y ha descuidado su higiene personal.
- Ha tenido una herida o lesión en la piel y es necesario por prescripción facultativa.
- Sus deposiciones le han manchado y queremos ayudarle a limpiarse.
- Tiene el pelo muy largo y no es capaz de hacerlo él solo.
- Es mayor y tiene dificultad para llegar a determinados sitios.
- Tiene muchos nudos que no hemos conseguido peinar.
Lo normal es que el gato tenga miedo al agua si nunca lo hemos bañado, especialmente de cachorro. Por esto el primer consejo es acostumbrarlos a la bañera, al ruido del agua, al jabón, a la toalla y al secador. Si le acostumbramos de manera suave y tranquila de cachorrete le gustará y cuando lo necesitemos de adulto. Si es imposible, existen centros especializados en
peluquería felina, como
Doña Gata y existe champús en seco que funcionan bien.
No somos partidarios de anestesiar un gato para bañarlo o cortarle el pelo, salvo si es absolutamente imprescindible.